martes, 11 de mayo de 2010

Mujeres extraordinarias III (creo)


Me encantó Persépolis. Llegué al cómic después de ver la película fascinada por una historia distinta, contada a través de la mano de Marjane Satrapi y ello, el tiempo, la casualidad, mi compañero Nico y Subterránea (http://subterraneacomics.blogspot.com/), me han descubierto el fantástico mundo del cómic femenino.
Os recomiendo a todos y a todas Bordados, también de Satrapi, una historia de mujeres contada por mujeres. Sin prejuicios, sin adornos, con un estilo directo, sincero, a veces desgarrado por objetivo.
Satrapi aprovecha toda la página, dibujando incluso con las palabras. Las historias son en ocasiones trágicas, a veces patéticas, otras graciosas. Todas ellas están unidas por el hilo común: en los países en los que la virginidad sigue siendo un valor, cuando una mujer la pierde antes de tiempo -es decir, siendo soltera- puede recurrir a que un cirujano le haga un cosido vaginal para recuperar el himen y llegar “entera” al matrimonio. A esta operación le llaman “hacerse un bordado”. El cómic está protagonizado por mujeres de diferentes edades, desde la abuela hasta la nieta (la propia autora), que se sientan a charlar y a tomar el té del samovar mientras los hombres duermen la siesta. Las mujeres hablan de sus vidas, de sus sueños, de sus frustraciones y, por supuesto, de los hombres, que en algunas historias aparecen como brutales o estúpidos o ambas cosas a la vez.
Si queréis saber algo más de Marjane Satrapi os invito a que contuéis leyendo un poquito más ;)

Marjane Satrapi (Rasht, Irán, 1969) estudió Bellas Artes en Teherán, y cansada de la censura y de la discriminación de la mujer que tenía que soportar en su país, en 1994 abandonó finalmente su país (había vivido cinco años en Austria en la segunda mitad de los 80) para marcharse a vivir y desarrollar su carrera artística en Francia. Tras su llegada a París entra en contacto con L'Association, donde la animan (especialmente David B., autor de La ascensión del gran mal y que ejerció de "padrino historietístico" de Satrapi) a crear un cómic donde reflejar sus vivencias y su visión de la sociedad iraní, de la que surge a finales de 2000 la serie Persépolis. Una vez concluidos los cuatro álbumes de esta obra, sus siguientes cómics han sido los álbumes autoconclusivos Bordados (2003), Pollo con ciruelas (2004), ambos publicados por L'Association en Francia y Norma Editorial en España, y donde insiste en el relato inspirado en hechos reales (ahora de familiares y conocidos) y sobre la vida en Irán.
En otros campos artísticos, comentar que paralelamente a la realización de Persépolis, Satrapi también escribió y/o ilustró varios libros dirigidos al público infantil.

lunes, 10 de mayo de 2010

A vueltas con el velo

Hoy, mientras desayunábamos, mis compañer@s y yo hablábamos sobre el velo. Sobre lo complicado que nos resulta decidir en este caso, por las muchas implicaciones que tiene este tema, a saber ¿identidad cultural?, ¿pero en un centro laico? ¿y qué pasa con las gorras o piercings... o crucifijos? ¿lo elige la niña en cuestión o se trata de algo impuesto?
He debatido conmigo misma este tema. Muchísimo. Hoy he leido esto en El País:

El velo en menores
JOSEP MARIA CERDÀ I MASSÓ - Luxemburgo - 10/05/2010

Mi amigo Ahmed, marroquí y musulmán de nacimiento, francés y ateo por convicción, vive en uno de esos suburbios franceses donde los valores de la comunidad étnica de pertenencia predominan sobre los valores de la República.
Al comentar el tema del velo islámico, mi amigo, que sabe de lo que habla, me dijo: "No te llames a engaño, detrás de una niña o una adolescente con velo siempre hay alguien". Y continuó: "Ponerse el velo no es análogo a ponerse una gorra o un piercing. Un velo es un signo externo de adhesión a un proyecto de vida a la que la niña o adolescente no podrá renunciar nunca más, so pena de desgarro moral y expulsión de su comunidad".
Para solventar la contradicción que supone en una sociedad democrática el no tolerar ninguna forma de discriminación religiosa, étnica o de género por un lado y el garantizar el derecho de todo individuo a su vestimenta por otro, Ahmed propone que se proscriba el uso del velo en las menores de edad. Es en la niñez y adolescencia, cuando se va forjando la identidad personal, que una mujer es más proclive a ceder a las presiones del entorno. Y es el rol de la sociedad democrática de impedir que esto ocurra y asegurarse que el ponerse un velo sea realmente una opción personal. La de permitir el velo cuando una ha alcanzado la mayoría de edad legal de 18 años y se supone tiene la suficiente madurez personal me pareció una solución clara y sencilla, inteligible para todo el mundo, que merece la pena exponer públicamente.