martes, 8 de marzo de 2011

Feliz Día de la Mujer a todas

Después de un día emotivo, gracias a mis maravillosas alumnas y alumnos -mañana pondré algunas de las fotillos que hemos hecho hoy ;); después de responder más veces de las que quería a la manida pregunta "¿y para cuándo un día del hombre?" -dicha con sorna por muchos de mis compañeros de trabajo-; después de ver y leer muchas encuestas, os dejo un artículo que he leido en Ideal digital y que me parece interesante.

Día de la Mujer Trabajadora: Ellas mandan más

Las mujeres filipinas copan el 58% de los puestos en la alta dirección. En China representan el 30% y en Turquía el 21%, el doble que en Europa


Con un traje de 50 dólares y el título de licenciada en Matemáticas, Física y Química por una universidad de Calcuta se presentó en Wall Street y triunfó al segundo intento. Indra Nooyi es india, consejera delegada de Pepsico y la mujer de negocios más poderosa del mundo. Su inteligencia, irreverencia y sentido profético para los negocios la han encumbrado en un mundo donde mandan las corbatas. En el listado de Forbes de las empresarias más influyentes del planeta, le sigue Andrea Jung, al frente de la multinacional Avon desde hace once años. Es hija de dos emigrantes chinos que buscaron en Canadá y Estados Unidos formación y oportunidades para su hija. La tercera tampoco es de la UE. Güller Sabanci nació en Turquía en 1955, se graduó en Administración de Empresas en la Universidad del Bósforo y desde 2004 preside el poderoso Holding Sabanci.
En el ránking, donde no figura ninguna española, se han colado este año seis chinas, seis indias, tres singapureñas, incluso una consejera delegada de Bahréin. No es casualidad. Mientras los países europeos avanzan en estándares de igualdad y ventajas sociales con una legislación cada día más sensible, pero de complicada traslación a los consejos de administración, las mujeres de algunos países emergentes han dado pasos de gigante. Casi al mismo ritmo que sus economías. Sabanci, la empresaria turca, lo explica así de sencillo: «En los países en vías de desarrollo es mucho más fácil encontrar mujeres en posiciones relevantes porque no hay reglas escritas sobre quién debe liderar».
Sabanci no es de las que lanza reflexiones sin números que las avalen. En Filipinas ya hay más altas directivas que directivos (58%), en Tailandia son un 38%, en China y Malasia un 31% y en Turquía un 22%, según las estadísticas manejadas por la UE y distintas asociaciones internacionales de emprendedoras. «Estas mujeres nos impresionan y nos desafían a que también nosotros evolucionemos, mostremos más iniciativa, ambición», invita Eva Levy, socia de Eva Levy & Partners. Expresidenta de la Federación Española de Mujeres Empresarias, Directivas y Ejecutivas y fichada por ExcellentSearch para elegir mujeres para la alta dirección, Levy recuerda una idea que se ha ido abriendo paso incluso en los países más machistas, como Arabia Saudí. «No se puede prescindir de la mitad de la población si se quiere garantizar el crecimiento de la economía. Por otra parte, las europeas, y en especial las españolas, no podemos dormirnos en los laureles. Vivimos en un mundo que exige ideas y energía para mantener una posición destacada y no estamos debatiendo sobre ello».
El Día Internacional de la Mujer Trabajadora –hoy celebramos su 100 aniversario– es una fecha tan buena como cualquier otra para refrescar datos nacionales, algunos menos paritarios que otros. Las españolas han doblado su presencia en el mundo laboral en los últimos 25 años. Si en 1983 trabajaban el 22,7% de las mujeres, hoy lo hace más del 44%. La brecha salarial sigue, además, una tendencia decreciente, pero su presencia en los altos cargos es discreta, y su poder empresarial, marginal.
En la media europea
La Ley de Igualdad invita, que no obliga, a las empresas a que el 40% de sus consejeros sean mujeres. Pauta que, de momento, no salta del papel a los despachos. El 20% de las 35 empresas del Ibex no tienen ni una sola mujer en sus consejos de administración. De los 500 consejeros de las sociedades Ibex-35, solo 54 llevan tacones. El umbral que se considera óptimo para que ellas se sientan en condiciones de influir en las decisiones del consejo es del 15%. Red Eléctrica, FCC, Criteria, Acciona, Inditex, Banesto, Iberdrola, Indra, Abengoa y Banco Sabadell superan esa marca. El contador femenino está a cero en Bankinter, Endesa, Gas Natural Fenosa, Iberia, Iberdrola Renovables, Sacyr Vallerhemoso y Técnicas Reunidas.
Cifras discretas, pero muy cercanas de la media europea (11% de representación femenina, frente al 10,8% en España), y a la vez alejada del 37% de Estados Unidos. Según el estudio realizado por Add Talentia con datos de 2010, estamos, sin embargo, bastante mejor que en Canadá, donde el porcentaje de compañías sin ejecutivas en sus consejos (40%) dobla al español.
El panorama en Europa es tan desolador –con algunas excepciones como la noruega donde la paridad en los consejos es de obligado cumplimiento– que la vicepresidenta de la Comisión Europea, Viviane Reding, hasta la fecha contraria a establecer cuotas para mujeres en los consejos ejecutivos, está empezando a cambiar de opinión. «A la vista de la falta de progreso en este área, debemos considerar tomar iniciativas en Europa», sugirió hace días.
La envidia de muchas empresarias europeas es esa nueva raza de directivas de países emergentes como China, que observa como pocos el mercado cambiante, consiguen resultados gastando tres veces menos que el hombre y son capaces de seguir manteniendo su condición de casadas aunque no convivan con el marido porque entienden que divorciarse oficialmente podría perjudicar la marcha de los trabajos. Pero no les hablen de conciliación. Son perseverantes, su cabeza no para jamás. Trabajan más que ellos, las 24 horas del día si es necesario. «Tienen el músculo del esfuerzo muy desarrollado. Cuando les preguntas cuál es el secreto de su éxito te dicen que trabajar aplicadamente», resume Julia Pérez-Cerezo, autora del libro ‘Emprendedoras chinas’. Cuenta historias increíbles como la de la «sencilla y cercana» Sue Yuehan, consejera delegada de la empresa china más grande de las que cotiza en bolsa, la China Enterprise Appraisals; o Yu Jian, primero presidenta de una empresa de gas y ahora al frente de una compañía pública de aguas.
El modelo oriental, sin embargo, tiene un difícil encaje en Europa donde las mujeres «piensan que pasan demasiado tiempo en sus trabajos y desean incorporar al hombre en la conciliación, recuperar el papel del esposo, del padre y flexibilizar bastante más los horarios, que siguen siendo infumables», resume la directora del Centro Internacional Trabajo y Familia del IESE de la Universidad de Navarra.

FUENTE:http://www.ideal.es/granada/20110308/mas-actualidad/sociedad/dia-mujer-trabajadora-ellas-mandan-201103081203.html

1 comentario:

Anónimo dijo...

Este artículo es muy tendencioso. Por un lado se habla en todos lados de las machistas sociedades chinas, indias y árabes, y por otro las quieren alabar de manera aislada por unos datos como estos, los cuales, de no estar manipulados, no sabemos nada de las circunstancias particulares que condujeron a ello, pero sin duda no están desconectadas de otros aspectos que les agradan menos, como su cultura que tildan de “machista”. En cualquier caso lo valioso de esto es que lo que sea que se haya dado, se dio de manera natural y espontanea, en la sola búsqueda de cada uno, de responder a la realidad de la mejor forma que fue encontrando; en este sentido lo que importa es el proceso y no los resultados.

Ahora, nada justifica las cuotas y la discriminación positiva; forzar las cosas es el camino más corto a los desastres e ineficiencias, por no decir a cometer errores e injusticias. Muchas veces cuando las cosas no ocurren, es por muy buenas razones aunque no seamos capaz de verlas; si en verdad fuera lo mejor, que hubiera más mujeres en altos cargos por el bien de la competitividad, productividad y eficiencia o por el bienestar social y familiar, sucederían las cosas solas como simple consecuencia de su conveniencia real.

Entonces, todo lo que se quiera hacer por promover que las mujeres tengan puestos altos, es válido siempre y cuando, no se pase sobre la libertad de nadie y no vayan en contra del principio de que la elección de quién vaya a ocupar el cargo, debe responder exclusivamente a la pregunta: ¿quién va a dar los mejores resultados? sin importar las necesidades de nadie, ni ninguna otra cosa; sólo importa que se esté pidiendo lo mismo a uno que a otro. Así quién tenga la capacidad y esté dispuesto a asumir el costo que implique estar a ese nivel, no tiene porqué negársele la oportunidad por cuestiones de sexo, raza, religión, país de origen, etc. Esto sí debe buscarse, siempre que no contradiga lo que dije antes.